(Marcus Annius Verus; Roma,
121-Viena, 181) Emperador y filósofo romano. Perteneciente a una gens española
de Roma, ya de niño llamó la atención del emperador Adriano, quien quedó
admirado por su ingenua franqueza y su inteligencia, y ordenó a Antonino Pío
que lo adoptara (138), quedándole destinado el imperio.
Marco Aurelio
Estudió
retórica griega y latina con Herodes Ático y Marco Cornelio Frontón, el cual
desde entonces habría de ser su amigo y consejero espiritual. Seducido por el
estoicismo, vistió muy pronto el manto de filósofo (133). César en 139 y cónsul
en 140 y 145, este último año casó con su prima Faustina la Joven, hija de Antonino
Pío.
MARCO AURELIO
Marco Aurelio, (Escrito entre el
170-180 dc), Meditaciones
7. De Rústico: el haber concebido
la idea de la necesidad de enderezar y cuidar mi carácter; el no haberme
desviado a la emulación sofística, ni escribir tratados teóricos ni recitar
discursillos de exhortación ni hacerme pasar por persona ascética o filántropo
con vistosos alardes; y el haberme apartado de la retórica, de la poética y del
refinamiento cortesano. Y el no pasear con la toga por casa ni hacer otras
cosas semejantes. También el escribir las cartas de modo sencillo, como aquélla
que escribió él mismo desde Sinuesa a mi madre; el estar dispuesto a aceptar
con indulgencia la llamada y la reconciliación con los que nos han ofendido y
molestado, tan pronto como quieran retractarse; la lectura con precisión, sin
contentarme con unas consideraciones globales, y el no dar mi asentimiento con
prontitud a los charlatanes; el haber tomado contacto con los Recuerdos de
Epicteto, de los que me entregó una copia suya.
8. De Apolonio: la libertad de
criterio y la decisión firme sin vacilaciones ni recursos fortuitos; no dirigir
la mirada a ninguna otra cosa más que a la razón, ni siquiera por poco tiempo;
el ser siempre inalterable, en los agudos dolores, en la pérdida de un hijo, en
las enfermedades prolongadas; el haber visto claramente en un modelo vivo que
la misma persona puede ser muy rigurosa y al mismo tiempo desenfadada; el no
mostrar un carácter irascible en las explicaciones; el haber visto a un hombre
que claramente consideraba como la más ínfima de sus cualidades la experiencia
y la diligencia en transmitir las explicaciones teóricas; el haber aprendido
cómo hay que aceptar los aparentes favores de los amigos, sin dejarse sobornar
por ellos ni rechazarlos sin tacto.
9. De Sexto: la benevolencia, el
ejemplo de una casa gobernada patriarcalmente, el proyecto de vivir conforme a
la naturaleza; la dignidad sin afectación; el atender a los amigos con
solicitud; la tolerancia con los ignorantes y con los que opinan sin
reflexionar; la armonía con todos, de manera que su trato era más agradable que
cualquier adulación, y le tenían en aquel preciso momento el máximo respeto; la
capacidad de descubrir con método inductivo y ordenado los principios
necesarios para la vida; el no haber dado nunca la impresión de cólera ni de
ninguna otra pasión, antes bien, el ser el menos afectado por las pasiones y a
la vez el que ama más entrañablemente a los hombres; el elogio, sin
estridencias; el saber polifacético, sin alardes.
Marco Aurelio, Meditaciones, España
: Editorial Gredos, 1977
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